CARTAS AL EDITOR
Ética de la emergente COVID-19. La perspectiva suramericana
Bastidas Gilberto [a]
Bastidas Daniel [b]
Doi: https://doi.org/10.23936/pfr.v7i3.244
PRÁCTICA FAMILIAR RURAL│Vol.7│No.3│Noviembre 2022│Recibido: 29/09/2022│Aprobado: 24/07/2022
Cómo citar este artículoBastidas Pacheco GA. Ética de la emergente COVID-19. La perspectiva suramericana. PFR [Internet]. 1 de diciembre de 2022; 7(3). Disponible en: https://practicafamiliarrural.org/index.php/pfr/article/view/244 |
Compartir en:
Estimado Editor:
El artículo titulado: COVID-19. Emergencia y emergentes: desafíos éticos de la investigación y atención desde los contextos del Sur de Molina y colaboradores publicado en el volumen 5, numero 1 de 2020 en Practica Familiar Rural muestra con importante atino los desafíos bioéticos enfrentados en la atención de la primera pandemia del siglo XXI entre los que destacan la implementación de medidas de control en países suramericanos la mayoría con aparatos económicos y políticos adversos, donde el cierre de fronteras además de avivar la controversia entre lo propio y lo ajeno trajo devastadoras consecuencias económicas derivadas del mayor endeudamiento al que se recurrió para afrontar la amenaza sanitaria que derivó en el encarecimiento de productos y el desabastecimiento (1).
Salvo pequeños y sosegados apoyos hacia Suramérica atrás quedó la solidaridad y cooperación mundial de países desarrollados de corte capitalista, socialista o comunistas, para la replicación de medidas de corte global en la lucha por contener la transmisión mundial de SARS-CoV-2 (1), pues a diferencia de los autores del artículo pensamos que todos los modelos sociopolíticos han fallado en este accionar, entonces los suramericanos han centrado su preocupación en evitar el colapso de sus servicios sanitarios, hecho que han logrado a medias y con importantes bajas de su personal de salud, sobre la base de estados de excepción con severas restricciones de libertades y derechos humanos en nombre de asegurar la salud colectiva (2).
Los gobiernos suramericanos, sin ser de su exclusividad, apostaron por el confinamiento obligado de sus ciudadanos con base en la generación de miedo o pánico a las consecuencias de la infección por SAR-CoV-2, en su incuestionable papel como el dador de seguridad y como el encargado de satisfacer las necesidades del pueblo, aquel con grandes desigualdades sociales que solo se beneficia de políticas de carácter asistencialista, esto contribuye a legitimar las restricciones individuales y sociales y la violación de principios éticos con miras a controlar la sociedad más allá de la esfera sanitaria, donde el autocontrol y el disciplinamiento llevan la batuta en la universalización de normas morales para asegurarse el poder (1).
Los autores ven a la crisis sanitaria como una oportunidad de crecimiento económico y de disminución de la dependencia de países industrializados, al menos en materia de obtención de insumos y equipamiento médico, sin embargo, esto no parece posible sin la previa participación de estas poderosas economías en el fortalecimiento del aparato productivo de los países suramericanos, sin que signifique para los que reciben el apoyo el sometimiento de su población a severos sacrificios y a la adquisición de mayor endeudamiento, algo (el apoyo económico desinterados de las grandes potencias) nefastamente utópico, especialmente en relación con la plena aplicación de los principios bioéticos (1, 3).
Durante la prestación del servicio de salud no debe abusarse del poder en todo caso se solicita lograr la salud poblacional sin detrimento de los derechos humanos con base a programas de salud que nazcan de la participación comunitaria y de la consideración de las distintas creencias y culturas, dirigidos a todos los miembros y en estricto apego por el resguardo de la confidencialidad individual y colectiva dentro del contexto bioético, aquel donde se intenta evitar desmanes o perjuicios apuntalados en principios éticos (sus criterios generales), en lo que actualmente recibe el nombre de ética en salud pública (3, 4).
Asimismo creemos que el manejo bioético en pandemia en salud pública es extremadamente complejo debido a que el abordaje de riesgos y complicaciones se realiza en grandes magnitudes y con limitada capacidad de predicción, no obstante, y especialmente en países con bajos ingresos económicos como la mayoría de los suramericanos, debe siempre considerarse los principios éticos en salud pública como la equidad, la solidaridad, la responsabilidad y el de protección ante la instauración de estrategias para contener la transmisión de patógenos (en este caso el SARS-CoV-2) tomadas de países con grandes ingresos económicos (que los capacita para soportar la carga), centradas en la restricción a la libertad (libre tránsito y reunión) y en intervenciones masivas en salud (aislamiento, segregación cuarentena e inmunizaciones) que a la larga generan más pobreza y sufrimiento a la población (3-5).
Conflictos de interés
Ninguno declarado por los autores.
Referencias