ARTÍCULOS ORIGINALES

Campos de poder en salud comunitaria: estudio de caso

Frank Hutchins[1]
Diego Herrera[2]
Gaus David[3]

1. Universidad de Bellarmine - Estados Unidos
2. Saludesa, Santo Domingo de los Tsáchilas – Ecuador
3. Andean Health and Development - Estados Unidos

Doi: https://doi.org/10.23936/pfr.v7i2.241

PRÁCTICA FAMILIAR RURAL│Vol.7│No.2│Julio 2022│Recibido: 19/06/2022│Aprobado: 24/07/2022

Cómo citar este artículo
Hutchins, F., Herrera D., Gaus, D. (2022) Campos de Poder en Salud Comunitaria: Estudio de caso. Práctica Familiar Rural [Internet]. 7(2). Disponible en: https://practicafamiliarrural.org/index.php/pfr/article/view/241

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Resumen

Durante una conferencia en los estados Unidos donde se presentaba el trabajo que realiza una organización no gubernamental (ONG) en las zonas rurales de Ecuador, uno de los asistentes levanta la mano y comenta: "Estoy segura de que los médicos del sector público y la comunidad de Ecuador están muy contentos por tener una Ong en su comunidad, que les ayude con las atenciones médicas en el sector rural y también toda la comunidad". Esto demuestra la ingenuidad con la cual los médicos y la sociedad occidental, entienden el tema del poder. Este trabajo, utiliza la teoría del lugar y los conceptos de campos y formas de capital de Bourdieu para rastrear varias redes de relaciones a través de las cuales el poder circula en los espacios humanizados.
Parte de un estudio de caso de una ONG y su proyecto de salud, los múltiples desafíos y obstáculos encontrados a nivel local, donde los actores y acciones de campo, elementos clave del poder, han boicoteado dicho proyecto
Como, los factores basados ​​en el lugar a menudo se oscurecieron o se malinterpretaron, cuando la ONG intentó involucrar a la comunidad a través de los principios científicos y organizativos de la visión occidental. Además, como las perspectivas e intereses locales, a menudo se malinterpretaban o se hacían invisibles para los directivos de dicha ONG.

Palabras clave: salud pública, campos de poder, grupos de poder, desigualdad

Fields of power in community health: a case study

Abstract

During a conference in the United States presenting the work of a non-governmental organization (NGO) in rural Ecuador, one of the attendees raises his hand and comments: "I am sure that the doctors in the public sector and the community of Ecuador are very happy to have an NGO in their community, to help them with medical care in the rural sector and also in the entire community". This demonstrates the naivety with which doctors and Western society understand the issue of power. This work uses Bourdieu's theory of place and concepts of fields and forms of capital to trace various networks of relationships through which power circulates in humanized spaces.
Part of a case study of an NGO and its health project, the multiple challenges and obstacles encountered at the local level, where actors and field actions, key elements of power, have boycotted said project
As, place-based factors were often obscured or misunderstood, as the NGO attempted to engage the community through the scientific and organizational principles of the Western view. Furthermore, like local perspectives and interests, they were often misunderstood or made invisible to the leadership of that NGO.

Keywords: public health, fields of power, groups of power, inequality

 

Introducción

En relación con el concepto de «poder», sigue reinando el caos teórico. Para unos, poder significa opresión; para otros, es un elemento constructivo de la comunicación. Las respectivas nociones jurídica, política y sociológica de poder se contraponen irreconciliables. El poder se asocia tanto con la libertad como con la coerción. Para unos, se basa en la acción común; para otros, guarda relación con la lucha. Unos lo separan radicalmente de la violencia mientras que, según otros, esta no es sino una forma intensificada de poder. Ora se asocia con el derecho, ora con la arbitrariedad.

Por «poder» suele entenderse la siguiente relación causal: el poder del yo es la causa que ocasiona en el otro una determinada conducta contra su voluntad. El poder capacita al yo para imponer sus decisiones sin necesidad de tener en consideración al otro. El poder del Yo restringe la libertad del otro. El otro sufre la voluntad del Yo como algo que le resulta ajeno.  

Un poder superior es aquel que configura el futuro del otro, y no aquel que lo bloquea. En lugar de proceder contra una determinada acción de otro, el poder influye o trabaja sobre el entorno de la acción o sobre los preliminares de la acción del otro, de modo que el otro se decide voluntariamente, también sin sanciones negativas, a favor de lo que se corresponde con la voluntad del Yo (30).

Las ideas de Bourdieu sobre la circulación del poder y la influencia a través de entornos sociales particulares ofrecen un camino de análisis que se entrelaza entre las amplias latitudes de la agencia individual y los límites de las estructuras sociales. Estos escenarios sociales son, para Bourdieu, campos de acción e interacción con dinámicas y una lógica interna familiar para quienes son actores habituales en ese espacio social, político y económico.2 No son libres de actuar como les plazca, ni están programados o disciplinados para actuar de una manera totalmente predecible. Conocer las reglas del juego local (ya sea política, educación, artes, religión o negocios) significa que pueden acumular formas valiosas de capital y utilizarlo a su favor. Bourdieu se refiere a las “luchas abiertas” por el capital en juego y las reglas que rigen los intercambios.3 Si bien ningún campo es completamente estable, a medida que los eventos políticos y económicos se disparan y los individuos nuevos y potencialmente poderosos ingresan al campo, se produce un asentamiento suficiente para permitir a los jugadores diseñar estrategias, hacer movimientos y responder a los movimientos de los demás. 

Para John Levi Martin, “Cada campo en particular tiene una coherencia basada en un consenso de trabajo en cuanto a la naturaleza del juego, y las personas toman lados predecibles debido a la estructuración más general del espacio social”.4

Cada campo tiene un elemento competitivo, donde están en juego diversas formas de capital (cuya naturaleza y valor difieren según los contextos social, ambiental, político e histórico). La capacidad de uno para actuar efectivamente dentro de un campo particular está determinada en parte por el habitus, que Wacquant define como “la forma en que la sociedad se deposita en las personas en forma de disposiciones duraderas, o capacidades entrenadas y propensiones estructuradas para pensar, sentir y actuar de manera determinada”. , que luego los guían.”5 

La cita eterna de Paul Starr, "El sueño de la razón no tuvo en cuenta el poder", de The Social Transformation of American Medicine (1982) articuló la idea de que "la razón, en forma de artes y ciencias, liberaría a la humanidad de la escasez... ., la ignorancia..., la superstición..., y las enfermedades del cuerpo y del espíritu. Pero la razón no es una fuerza abstracta que empuje inexorablemente hacia una mayor libertad al final de la historia".22 

La razón, en forma de medicina moderna, "elabora un nuevo mundo de poder".23 un elaborado sistema de conocimiento especializado, procedimientos técnicos y reglas de comportamiento".24

Al referirse a los médicos afirma que , "ningún grupo ha ocupado una posición tan dominante en este nuevo mundo de racionalidad y poder".25 Pero esta autoridad impulsada científicamente se ha derramado "más allá de sus límites clínicos en arenas de acción moral y política para las cuales el juicio médico es sólo parcialmente relevante y, a menudo, incompletamente equipado, convirtiendo su autoridad en privilegio social, poder económico e influencia política".26

El poder que la comunidad médica logró a través del modelo biomédico no se limita al sector de la salud, lo que sugiere que puede influir y alterar varios campos, como lo describe Bourdieu. En los países pobres,  los médicos que residen en pueblos pequeños, quieren participar activamente en la política local. Pero este campo más tradicional de la dinámica del poder se reorganiza, o incluso se ve amenazado, a medida que más actores globalmente conectados intentan ingresar a los campos locales.

Como argumenta Shiffman, el poder estructural y productivo son elementos de las instituciones de salud global que mejoran las capacidades de ciertos actores, al tiempo que privilegian formas de pensamiento arraigadas en epistemologías occidentales y científicas.27

En Nemesis Médica: La Expropiación de la Salud (1976), Illich ilustra a través de la atención médica cómo las respuestas modernas a los desafíos a nivel social se vuelven contraproducentes e incluso dañinas.28 "La amenaza que representa la medicina actual para la salud de las poblaciones es análoga a la amenaza que el volumen y la intensidad del tráfico representan para la movilidad..."29 La atención médica, “Es una organización social que se propuso mejorar e igualar la oportunidad de que cada hombre se las arreglara con autonomía y terminó por destruirla”.30

El argumento de Illich se centra en tres tipos de iatrogenesis. La iatrogenia clínica, conocida por todos los profesionales, es un daño no intencionado causado a los pacientes al intentar restaurar la salud. La iatrogenia social se refiere al daño que "los arreglos sociales para la atención de la salud (hospitales, médicos, industria farmacéutica, aseguradoras, agencias gubernamentales de salud) pueden imponer a los pacientes, lo que resulta en una 'estandarización de la atención médica' y la 'medicalización de la vida', .. . cuando todo el sufrimiento es 'hospitalizado' y los hogares se vuelven inhóspitos para el nacimiento, la enfermedad y la muerte; cuando el lenguaje en el que las personas pueden experimentar sus cuerpos se convierte en un galimatías burocrático; o cuando el sufrimiento, el duelo y la curación fuera del papel del paciente son etiquetados una forma una desviación".31 La iatrogénesis cultural de Illich procede cuando las sociedades sucumben a la "medicina profesionalmente organizada que ha llegado a funcionar como una empresa moral dominante que anuncia la expansión industrial como una guerra contra todo sufrimiento".32 Cuando la atención médica industrializada controla las comunidades, esas comunidades pierden su autoridad y su voluntad de manejar su creciente sufrimiento. Esta iatrogenia aparece cuando la medicina organizada reemplaza las respuestas comunitarias a sus problemas de salud: "La sirena de una ambulancia puede destruir actitudes samaritanas en todo un pueblo chileno".33

A nivel de salud global, The Anti-Politics Machine (1990) de Ferguson sostiene que la industria de la ayuda internacional despolitiza las realidades sociales como una forma de afirmar el control sobre ellas, ignorando efectivamente el contexto social local.34 Ferguson fue influenciado por El Nacimiento de la Clínica de Foucault (1973), argumentando que el encuentro médico saca el cuerpo humano del contexto social y lo convierte en un objeto de investigación técnica.35 Describe la capacidad de la comunidad de ayuda internacional para despolitizar y tecnificar las realidades sociales locales con estrategias de desarrollo generalmente aceptadas del Norte. Al hacerlo, eliminan el contexto local y afirman el control sobre estas comunidades. 

Estos contextos basados ​​en el lugar incluyen formas de hacer y saber que, argumentamos, pueden entenderse a través de los conceptos de campos y tipos de capital de Bourdieu. Operan sobre conjuntos de valores, cosmovisiones y normas que colectivamente pueden representar una forma de comunicación ininteligible para los extraños. 

Metodología

El siguiente trabajo, utiliza un estudio de caso para explorar cómo las relaciones sociales, los significados y el poder, particularmente el del modelo médico occidental hegemónico, reflejan una realidad que existe entre las buenas intenciones y la corrupción. Enfatiza las dinámicas del lugar y las analiza aplicando los conceptos de campo, capital y habitus de Bourdieu para desarrollar un sentido de lugar más matizado. Se presta especial atención a un enfoque teológico que enfatiza el capital espiritual como un componente potencialmente importante en el campo local. El estudio de caso revela fricciones entre una ONG de salud en Ecuador y la comunidad, con la Iglesia y el sacerdote local, quien controlaba un importante capital espiritual e histórico en la comunidad, así como un monopolio de caridad.

Los autores utilizan los conceptos de Bourdieu para analizar lo que han aprendido sobre las dinámicas sociopolíticas que afectan la atención de la salud en las comunidades rurales de un país de bajos ingresos. El argumento general es que el lugar no solo es constitutivo de las condiciones de salud y los resultados, sino también de los factores estructurales básicos que afectan a ambos. Los proyectos de atención médica pueden tener un camino especialmente peligroso hacia la aceptación porque los significados del lugar y las relaciones sociales están entrelazados con la política, la religión, la economía y los elementos culturales.

El Estudio de Caso en el Ecuador Rural

En 1997, un pequeño grupo de profesionales de la salud ecuatorianos y estadounidenses se asoció con una comunidad rural ecuatoriana de tres condados con aproximadamente 50.000 habitantes con altos niveles de pobreza (Tabla 1) y fundó una organización no gubernamental. La visión era brindar un ejemplo de atención médica descentralizada con una comunidad local que el Ministerio de Salud Pública (MSP) de Ecuador había estado promoviendo a nivel nacional. La decisión de trabajar en esa comunidad en particular fue, en parte, influenciada por el entusiasmo de un médico del sector público.

Tabla 1. Datos demográficos enfocados de una comunidad de tres condados (provincia de Pichincha: región noroeste) en la zona rural de Ecuador

  • Tres cantones cubren 2.142 Km2 en la base de las laderas occidentales de la Cordillera de los Andes en un clima tropical subtropical
  • Aproximadamente 50,000 habitantes en tres condados, predominantemente rurales y en su mayoría de cultura mestiza (herencia mixta indígena/española) con muy pocas comunidades indígenas.
  • 51% eran menores de 20 años
  • El 77% de la población vivía en la pobreza, de los cuales el 12% era pobreza extrema
  • Aproximadamente el 10% de la población era indígena; el resto mestizo
  • El analfabetismo fue del 11%
  • 64% de la población completó la educación primaria
  • El 38% de las viviendas contaba con agua potable en la capital del cantón en estudio
  • La agricultura y el sector informal del trabajo constituyeron las principales formas de empleo

Fuentes: (1) Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC) 2001. (2) Presidencia de la República del Ecuador, Mapa de Pobreza 2008.

La ONG realizó un estudio para comprender las necesidades de atención médica de la comunidad y determinar la viabilidad de: (1) crear un comité de salud local, (2) aumentar la infraestructura de atención médica y (3) intentar la autosuficiencia financiera a través de asociaciones con el público. y a través de modestas tarifas de usuario (Cuadro 2). El estudio reveló que la comunidad creía que en el área faltaban importantes servicios de atención médica, en particular atención hospitalaria. También reveló que algunos miembros de la comunidad tenían algún ingreso disponible para pagar los servicios de salud.

Tabla 2. Actividades para la evaluación comunitaria inicial y la supervisión comunitaria del proyecto de salud iniciado por una ONG

  • Grupos focales y entrevistas con informantes clave con miembros de la comunidad
  • Reuniones de toda la comunidad para conocer las necesidades locales de atención médica
  • Análisis de la epidemiología local
  • Entrevistas con proveedores de salud locales (médicos privados, médicos y enfermeras del ministerio de salud pública, médicos y enfermeras del IESS)
  • Entrevistas con funcionarios del ministerio nacional de salud pública, incluido el ministro de salud pública
  • Creación de un comité comunitario de salud con miembros elegidos a través de elecciones locales
  • Creación posterior de un consejo de salud de tres condados con la participación de tres alcaldes, los Ministerios de Salud Pública, Educación y Agricultura.

Fuentes: (1) Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC) 2001. (2) Presidencia de la República del Ecuador, Mapa de Pobreza 2008.

En ese momento, el Ministerio de Salud Pública de Ecuador estaba intentando crear un sistema nacional de salud descentralizado con una participación comunitaria más amplia. Esto marcó el inicio de un proceso de creación de un marco postneoliberal, descrito por Sánchez y Polga-Hecimovich como una “transformación en los propósitos, roles y capacidades de las instituciones político económicas”.6 Se incluye una breve descripción del sistema nacional de salud (tabla 3).

Contratando ecuatorianos locales, la ONG abrió una clínica ambulatoria temporal para confirmar que ciertos miembros de la comunidad pagarían tarifas modestas por los servicios médicos. La ONG y el comité de salud local recién creado, elegido democráticamente por la comunidad, intentaron asociarse con los funcionarios del sector publico para convertir el centro ambulatorio del Ministerio de Salud, en un pequeño hospital con financiamiento complementario de la ONG. De acuerdo con la política de descentralización, la ONG y el comité de salud formarían una asociación publica privada para la administración del proyecto, inicialmente el sector público estuvo de acuerdo y firmó un contrato, pero finalmente optó por rescindirlo.

Tabla 3. Características y breve historia del Sistema Nacional de Salud Ecuatoriano

  • Un modelo de entrega mixto público/privado: Sector público (85% de los establecimientos): Ministerio de Salud Pública que es el principal proveedor de servicios, Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social (IESS) que brinda servicios a los afiliados del sector laboral formal, Fuerzas Armadas y Policía Nacional, Municipios , y una variedad de otras instituciones públicas más pequeñas. Sector privado (15 % de las instalaciones): hospitales, clínicas y centros ambulatorios privados con fines de lucro, organizaciones no gubernamentales sin fines de lucro y otras organizaciones de servicios sociales.
  • La década de 1990 fue una década de intentos de descentralización y mayor participación en los servicios y políticas de salud, con poco impacto en las desigualdades, la eficiencia y la calidad de la atención médica.
  • En 2008, una nueva constitución nacional declaró a la salud un derecho humano inalienable y al estado como garante del libre acceso universal.
  • La inversión pública en el sector de la salud pública aumentó constantemente desde 2001 (USD 151 millones) hasta 2014 (USD 2500 millones)
  • Las Redes Integrales de Salud Pública y Complementarias, integradas por el sector público y algunos proveedores del sector privado, son componentes fundamentales del acceso universal.
  • El Sistema Nacional de Salud de Ecuador al 2021 continúa fragmentado y no se ha logrado el proceso de universalidad.

Fuente: Chang Campos

Posteriormente, la ONG, en asociación con el municipio local, construyó e inauguró en 2001 un hospital y una clínica de quince camas con personal de salud ecuatoriano. El nuevo hospital era el único en el área de los tres condados, pero las negociaciones para asociarse con el Ministerio de Salud no tuvieron éxito. El comité de salud local aprobó un plan de tarifa por servicio. A los pacientes indigentes no se les cobraba. Varios mecanismos de financiamiento local, como los planes de microseguros, fueron de utilidad limitada. La ONG proporcionó fondos externos complementarios para cubrir los déficits operativos.

Ministerio de Salud

La asociación inicial con el Ministerio de Salud Pública para convertir sus instalaciones en un pequeño hospital fue aprobada inicialmente por un administrador del nivel central, quien luego revocó esa decisión semanas después. La ONG no entendió que el acuerdo propuesto para un centro de salud local controlado por la comunidad desafiaría la autoridad nacional altamente centralizada del Ministerio de Salud. La reversión de la decisión inicial de asociarse con la ONG debería haber sido una señal clara para la ONG de que estaban en juego cuestiones de poder y autoridad. La ONG, sin saber quién tenía el poder en el Ministerio, apeló en vano a los funcionarios gubernamentales a nivel nacional. Ir a los funcionarios equivocados selló el destino de la ONG, ya que esto violó las relaciones de poder no explícitos a nivel local y nacional.

La relación de la ONG con los funcionarios locales del sector salud se complicó aún más con el tiempo, quienes cerraron filas alrededor de la crítica al financiamiento y los servicios prestados por esta ONG. 

Municipio

Los gobiernos locales en esa época, se denominaban municipios estaban dirigidos por un alcalde electo y concejales, el concejo en pleno, nombra a un vicealcalde. El alcalde elige quiénes ocuparán varios puestos administrativos y, por lo tanto, ocupa un puesto clave dentro de varios campos superpuestos. Además de los diversos “capitales” que circulan por los campos, existen dinámicas sociales y culturales que constituyen “la forma de hacer las cosas por aquí”. Los actores sociales, cuyo habitus puede pensarse como el condicionamiento colectivo de las vidas vividas en los campos superpuestos de la religión, la economía, la educación y la política, son agentes cuyas ideas y conductas están siempre sujetas a controles estructurales. El capital social y cultural se gasta, acumula y disminuye continuamente en los intercambios entre los actores del campo. Este circuito puede ser bastante complejo a nivel municipal. John Cameron, quien ha investigado la política municipal en Ecuador, dice que los clivajes se basan no solo en las divisiones rural/urbano y mestizo/indígena, sino también en “otras importantes desigualdades de poder basadas en el género, la generación, la religión, la migración y los estratos económicos.”8 Cameron agrega en un artículo posterior que la política municipal es digna de atención por varias razones: aquí es donde las élites locales establecen y mantienen privilegios económicos y políticos; la asignación de recursos municipales se ha vuelto cada vez más importante a medida que el estado continúa descentralizándose; y la actividad política a nivel municipal suele ser clave para comprender los desafíos y las transformaciones a nivel regional y nacional.9 Todo esto indica que la estructura y la dinámica de los campos de poder que operan a este nivel no son sencillas, y los nuevos actores que intentan ingresar a estas redes tienen una curva de aprendizaje pronunciada.

Capital político, capital espiritual y esferas de intercambio

En Ecuador, como en gran parte de América Latina, el poder relativo de la Iglesia Católica y las relaciones con las comunidades indígenas han tenido altibajos desde la época colonial. La iglesia ha ejercido en algunas épocas y durante ciertas administraciones un poder político y económico significativo. También ha experimentado expropiaciones de tierras y exclusión gubernamental. Como actores en varios campos, la iglesia como institución y los religiosos y laicos individuales continúan ejerciendo un poder formidable. Durante el período colonial y el siglo posterior a la independencia, la iglesia fue una fuerza significativa para la asimilación, lo que llevó a una erosión mensurable de las culturas indígenas. Con el Concilio Vaticano II y el surgimiento de la teología de la liberación, algunos elementos dentro de la iglesia adoptaron un enfoque dramáticamente diferente con respecto a los pobres en general y los grupos indígenas en particular. Norget, al documentar este proceso en Oaxaca, México, se refiere a la evolución de una iglesia progresista que se convirtió en “una alternativa explícita al orden sociopolítico imperante”, con algunos sacerdotes y monjas asumiendo roles como activistas populares e indígenas.10 11

En este estudio de caso particular, las relaciones sociales, a menudo ocultas para los actores fuera de lugar, juegan un papel fundamental. El líder médico ecuatoriano fundador de la ONG en la comunidad era un adversario del alcalde y del sacerdote  local, quienes poseían un poder político significativo en la comunidad. El sacerdote percibía al médico local de la ONG como un enemigo. Por lo tanto, dado que la ONG no consultó e incluyo al sacerdote en el proyecto de salud, el proyecto también se convirtió en su enemigo. Al presenciar el diálogo tenso entre estos diversos actores de campo en entornos públicos y privados, se hizo cada vez más evidente para la ONG que la relación incómoda entre estos tres líderes comunitarios tenía un impacto perjudicial en el proyecto de salud.

La influencia del sacerdote local, que ciertamente se extendió a los campos de poder de la política y la economía, también debe ser considerada en relación con el capital espiritual. Varios teólogos han utilizado los conceptos de campos y capital de Bourdieu en análisis críticos de la religión como praxis, o como uno entre varios campos interactivos de relaciones imbuidas de poder. 

Sanks argumenta que la teología misma, y ​​los conflictos y tensiones internos, podrían analizarse a través del modelo de campos/capital. La historia de la teología de la liberación, por ejemplo, está llena de juegos de poder e intercambios de varios tipos de capital social y político. Para los propósitos de este capítulo, su discusión sobre el capital simbólico es útil, ya que revela cómo los poderosos símbolos religiosos pueden enmascarar sistemas de desigualdad o injusticia.12 Por ejemplo, existen múltiples ejemplos contemporáneos de empresas, gobiernos o instituciones religiosas que están envueltos en un simbolismo justo diseñado para ocultar comportamientos explotadores u opresivos. La historia más reciente de los movimientos indígenas en Ecuador revela que la iglesia también puede ejercer este poder simbólico para desafiar las estructuras existentes y energizar los movimientos étnicos.

El capital espiritual, como otras formas de capital, representa el poder y la influencia más allá del dinero y la propiedad. Verter lo identifica como una forma de capital cultural que incluye “conocimiento espiritual, competencias y preferencias” que “pueden entenderse como activos valiosos en la economía de los bienes simbólicos”.13 Los sacerdotes y los laicos influyentes tienen un monopolio virtual de los bienes y servicios religiosos, a menudo a través del capital simbólico que es la esencia de los rituales, los comportamientos y ciertos recursos materiales. En el estudio de caso en discusión, una institución de salud relativamente poderosa (porque era ajena y ofrecía su propia forma de salvación que a veces se vincula con lo sagrado y sobrenatural) podría ser vista como una amenaza para las relaciones de campo y las cuentas de capital existentes. El monopolio del capital espiritual y la manipulación pseudomágica del mundo material podría verse especialmente disminuido por la llegada de médicos y administradores vinculados a poderosas fuentes de conocimiento y riqueza. El poder simbólico de la bata de laboratorio y el estetoscopio puede ser una fuerza tan convincente contra las enfermedades de la mente y el cuerpo como lo son la sotana y el agua bendita contra las enfermedades de la mente y el alma.

Organización no gubernamental (ONG)

Que una ONG estadounidense pudiera ingresar a una comunidad y financiar un proyecto de salud y construir un hospital, mostró un poder que las instituciones de la comunidad podían interpretar de diversas maneras. La ONG ciertamente subestimó cómo esa demostración de poder afectó los campos existentes y alteró la dinámica de poder en la comunidad. El objetivo declarado de la ONG desde el principio era crear un modelo local financieramente autosostenible de atención médica de alta calidad para la comunidad. El estudio de factibilidad sugirió que la comunidad en general apoyaría ese objetivo a través de una combinación de tarifas de usuario y una asociación público-privada.

Sin embargo, con el tiempo, la ONG descubrió que muchos en la comunidad esperaban atención médica gratuita. El modelo de salud autosostenible impuesto por las ONG representó una demostración de su poder y de su visión del financiamiento del sistema de salud. A pesar de la creación de consenso y la participación significativa y activa de la comunidad desde el principio, algunos en la comunidad percibieron que la ONG establecía las condiciones de atención en la comunidad, esto levanto en la comunidad la sospecha que que esta ONG era  un actor insurgente que no respetaba las normas de las relaciones sociales de la comunidad.

Un campo adicional de acción en la comunidad bajo estudio fue manejado por aquellos que, si bien pueden estar en los márgenes del poder formal, sin embargo, son parte integral de los proyectos de salud. Los líderes informales poderosos, a través de sus opiniones e ideas, pueden influir en el pensamiento de la comunidad. En este estudio de caso, la ONG no reconoció el poder ejercido por estos líderes informales, ni entendió cómo construir consenso en la comunidad a través de ellos. Estos “influencers” son actores de campo no solo en sus roles políticos locales, sino también en la evolución de filosofías, ideas y comportamientos que son la sustancia cultural del habitus y generadora de significados.

Un señor mayor que había vivido durante décadas en la comunidad comentó una vez: "Antes de que la ONG viniera con el hospital, aquí nacíamos, vivíamos aquí y luego moríamos. No era complicado. Desde que llegó la ONG, ahora tienen muchas enfermedades y todo el mundo parece estar tomando medicamentos para algo". Con eso, resumió sucintamente los sentimientos de algunos dentro de la comunidad que hicieron retroceder el poder del modelo biomédico hegemónico. Ciertos miembros de la comunidad con su propia cosmovisión simplemente nunca les intereso el modelo biomédico.

Discusión

Este estudio de caso identifica las intervenciones de salud como una fuente potencial de fricciones de lugar. Las desigualdades de poder y los significados competitivos relacionados con la enfermedad, el bienestar y el cuerpo energizan estas fricciones.

La filosofía positivista pretende que el verdadero conocimiento sólo puede derivarse de la experiencia sensorial, observacional y verificable, interpretada a través de la razón, la lógica y la estadística. El positivismo rechaza el conocimiento intuitivo, la metafísica y la teología porque no pueden ser verificados por la experiencia de los sentidos.17 El limitante del positivismo es que busca explicar claramente el mundo en blanco o negro, pero cuando el mundo es gris, el positivismo pasa en silencio.18

la ONG malinterpretó el poder y los intereses de varios actores que caracterizaron lo que Bourdieu identificó como “campos”.7 En el sentido más básico, los campos tienen actores, relaciones y diversas formas de capital que influyen en las ganancias y el poder. Pueden ser estables o volverse inestables a medida que nuevos actores, con nuevos objetivos, ingresan al campo. Las reglas y formas de capital a menudo están implícitas y pueden ser invisibles para los nuevos actores. Las instituciones de salud, caracterizadas principalmente por un poder epistémico arraigado en la racionalidad científica, pueden estar mal equipadas para ingresar a campos que evolucionan a partir de formas vernáculas de conocimiento y poder. 

Conclusiónes

El poder debe ser parte de cualquier discusión sobre la salud. El tema del poder (quién lo posee y quién no, dónde se esconde, dónde reside) es fundamental para una comprensión básica de algunas de las complejidades de los sistemas de atención médica y las culturas en las que operan, comenzando con la propia cultura y atención médica. sistema.

El liderazgo comunitario formal no es la única fuente de poder en la comunidad, ya que el liderazgo informal y los líderes de opinión pueden tener un impacto considerable en la opinión pública. 

Cada institución está incrustada en una dinámica de campo particular y actúa para proteger su burocracia, sus activos y, por lo tanto, su poder. Los actores del sector público, percibieron el proyecto de la ONG como una amenaza a su poder. La ONG intentó acceder al capital social y político para protegerse desencadenándose una lucha de poder. 

La descripción de Starr de la acción política y extensiva de la autoridad médica mal equipada todavía se aplica hoy. La yatrogénesis social y cultural de Illich es más generalizada hoy que hace cuarenta años. La dinámica de poder del desarrollo de Ferguson y la desvinculación resultante de la realidad local siguen siendo en gran parte verdaderas.

Se debe reconocer el poder, como parte fundamental de las relaciones humanas, dentro de la topología del poder, existen intereses multifacéticos y relaciones de poder que influyen en casi todos los aspectos de un proyecto de atención médica y que, sin duda, han hecho fracasar a más de una iniciativa de este tipo.

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